Más de 800 mascarillas para una población cercana a los 200 habitantes. Se ha tenido también previsión de que las mascarillas se pueden deteriorar por el uso, por lo que el ayuntamiento podrá también cambiar las deterioradas por otras nuevas a los ciudadanos que lo necesiten.
El Ayuntamiento de Confrides / L’Abdet comenzó a repartir ayer a toda la población las 800 mascarillas que adquirió ese mismo día, y lo hizo puerta a puerta, con la colaboración de los servicios técnicos municipales.
Desde el ayuntamiento comunican que no se ha recibido ninguna mascarilla por parte de ninguna institución supramunicipal. Por ese motivo el equipo de gobierno, consciente de la urgencia y necesidad de prevenir la expansión del coronavirus, decidió ponerse manos a la obra y tramitar ellos mismos la compra de estas mascarillas.
“Hace más de un mes que se decretó el estado de Alarma y no podemos continuar a la espera de que nos lleguen mascarillas de un sitio u otro. La prevención es importantísima para combatir el coronavirus” afirma el alcalde Rubén Picó, quien añade también que “La preocupación que tenían los vecinos por no poder conseguir mascarillas nos tenía muy preocupados. Es nuestra obligación tratar de combatir el coronavirus con todas las herramientas a nuestro alcance. El bienestar de nuestros vecinos de Confrides y L’Abdet siempre ha sido y será nuestra máxima prioridad”.
En dos días se han repartido más 300 mascarillas puerta a puerta y desde el ayuntamiento se ha solicitado la colaboración para la distribución al farmacéutico de la localidad, José Manuel Zaragoza, para que los vecinos que lo necesiten puedan recoger las mascarillas adquiridas por el Ayuntamiento en la farmacia de la localidad. También se facilitará la entrega de mascarillas a los vecinos que no se encuentren en casa o no puedan desplazarse a la farmacia, y se les llevará a su domicilio cuando lo soliciten a través del teléfono móvil del ayuntamiento – 633 78 91 73 – .
El reparto de mascarillas es una de muchas medidas que el ayuntamiento ha puesto en marcha para evitar la propagación del coronavirus en la localidad desde hace más de un mes. El consistorio cerró todas sus instalaciones, parques y zonas comunes, facilitó el teletrabajo a la administrativa de la localidad y no ha dejado de desinfectar las calles diariamente desde que se conoce el peligro que supone la pandemia. Otra medida de mucho calado fue que desde el consistorio se organizó de forma inmediata la entrega local de productos de primera necesidad para evitar que los vecinos tuvieran que salir de casa.
Picó afirma que “las instituciones autonómicas y el estado deben proteger a los núcleos rurales de inmediato y darles prioridad a la hora de ayudarles a implantar medidas preventivas debido a que por lo general las poblaciones rurales tienen a más personas mayores viviendo en ellas. La media de edad de nuestra población está cerca de los 60 años, y se considera personas de riesgo prácticamente toda la población, no podemos estar de brazos cruzados esperando que uno u otros vengan a ayudarnos”.